El cuidado es la máxima expresión de
comunicación entre los seres vivos que va más allá de una simple relación entre
humanos. En la relación que se establece entre las personas, el cuidado exige
la presencia de la persona que cuida, en este caso la enfermera, y de la
persona que recibe el cuidado, es decir el paciente. Esa presencia que implica
ver, oír, tocar y sentir a través de un proceso de empatía que debe estar
presente en la relación interpersonal enfermera-paciente.
Por todo ello, la enfermera que trabaja
en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) debe poseer un perfil
enmarcado en una filosofía integradora que incluya conocimientos afectivos,
emocionales, científicos y tecnológicos. Es imprescindible que esta filosofía sea
acompañada por la presencia física, tanto para el paciente como para sus
familiares, de este modo el fin
último del cuidado que le proporciona la enfermera debe ser la felicidad tanto para
él como para sus familiares; o en última instancia ayudar a este enfermo a
tener una muerte digna cuando ésta sea irremediable.
Precisamente a colación de lo
anteriormente reseñado, se me plantea una cuestión acerca de ¿Dónde se encuentra ese punto de inflexión
en el que podemos pasar de impedir el sufrimiento del paciente a un
encarnizamiento terapéutico?
Soy consciente de que es una orden
médica la que dictamina cómo y cuándo debemos dejar que la vida del paciente
lleve su curso y culmine cuando el organismo lo determine, pero la duda es si
lo hacemos demasiado tarde y para ello hemos tenido que hacer padecer al
paciente una serie de pruebas o tratamientos que, quizás, hubieran sido
innecesarios y de igual manera su final hubiera sido el mismo…o ¿No?
Por ello me ha parecido oportuno llevar
a cabo una revisión sobre el dilema bioético que plantea el derecho a una
muerte digna evitando el encarnizamiento terapéutico. Por un lado no deben
utilizarse métodos extraordinarios para prolongar la vida de pacientes
terminales y por el otro, es fundamental que deje de pronunciarse la frase “no
hay más nada que hacer” acudiendo en cambio, a los cuidados paliativos hoy
llamados cuidados del final de la vida, ayudando a un buen morir.
El objetivo del médico
no es solo salvar vidas y curar enfermedades, también debe ser capaz de
reconocer en qué momento debe renunciar a ello y reorientar sus esfuerzos para
aliviar el sufrimiento, consolar al paciente y ayudarlo a morir con dignidad.
Estas situaciones no
son excepcionales en las unidades de cuidados intensivos (UCI). El dilema
bioético al que se enfrenta el equipo de salud en una UCI cuando debe decidir
iniciar o suspender las medidas de soporte vital es muy complejo, debe ser
analizado de forma sistemática y con un perfil multidisciplinario.
La muerte como fase
terminal y parte de la vida misma, como resultado del envejecimiento y
deterioro progresivo orgánico y funcional, como resultado del daño producido
por diversas enfermedades agudas o crónicas, cuya historia natural termina en
la muerte a corto, medio o largo plazo, se ha modificado por los recursos que proporciona
el avance científico y tecnológico, los que muchas veces lo único que hacen es
modificar la forma y el tiempo de morir.
A consecuencia de esto
me parece de gran importancia hacer inferencia y dejar por escrito el
significado de una serie de términos que son de gran utilidad y que, como profesionales,
debemos tener en mente en cada paso que damos en nuestro ámbito laboral; de
esta manera, sabremos si la actuación que llevamos a cabo con nuestros
pacientes nos resulta adecuada o no acorde a la situación que están viviendo.
Encarnizamiento Terapéutico (ET) se puede definir como: Actitud del
médico que ante la certeza moral que le dan sus conocimientos de que las curas
o los remedios de cualquier naturaleza ya no proporcionan beneficios al enfermo
y solo sirven para prolongar su agonía inútilmente, se obstina en continuar el
tratamiento y no dejar que la naturaleza siga su curso.
Distanasia es lo opuesto a la eutanasia. Esta práctica
consiste en procurar retrasar la llegada de la muerte por todos los medios,
desproporcionados o extraordinarios aunque no haya esperanza alguna de
restablecimiento (llamado también clásicamente ET). En realidad se provocan al
moribundo unos sufrimientos añadidos, que solo aplazan unas horas lo inminente.
La distanasia, es la muerte en malas condiciones, con dolor, con molestias y
sufrimientos. Sería la muerte con un mal tratamiento del dolor, o la asociada al
encarnizamiento terapéutico
Muerte Piadosa, se permite que una persona muera
teniendo en cuenta que prolongar su vida seria prolongar también su
sufrimiento. En este caso interviene un factor extra y es la compasión, por
esta razón es también llamada muerte por compasión o compasiva.
El Morir Dignamente
sería entonces el morir libre de dolor, con los analgésicos y tranquilizantes
necesarios para el desasosiego y con el suministro de medicamentos que se
requieran contra las incomodidades que se puedan presentar, eliminando en lo posible
el sufrimiento de morir en vida. Aunque no solamente reduciendo el dolor, lo que
vale es una vida con cierta autonomía y libertad. El morir dignamente es que se
respete la dignidad del moribundo.
Eutanasia, a la ayuda para morir ofrecida al
moribundo por parte del médico con conciencia y atento a los sufrimientos y
angustias del enfermo. Pretenden algunos identificarla con la muerte "a
petición", provocada por el médico, cuando la vida ya no puede ofrecer un
mínimo de confort que sería imprescindible
Como consideraciones
finales diría que resulta recomendable promover la discusión de los dilemas
éticos que se presentan en las unidades donde se asisten pacientes críticos o
con enfermedades con posible desenlace fatal; lo cual facilitará una adecuada
toma de decisiones.
El desarrollo de la
medicina, junto con la mejoría de la calidad de vida, ha producido un cambio
con respecto a la reflexión en torno a la muerte como experiencia inevitable y
el sentido de la vida cuando esta se acerca a su fin.
Poner punto y final a esta nueva entrada
haciendo reflexionar a todos los profesionales, o futuros profesionales de la
salud acerca de esta tesitura y, esperar que esta pequeña deliberación sirva
como llamada de atención para, además de evitar
lo que al final a todo el ámbito sanitario nos concierne y es el dolor y la
angustia del paciente en primer lugar, y de su familia; ayudar a definir una
serie de estrategias ante la muerte adecuadas a nuestra profesión, puesto que,
la calidad de atención de la enfermera durante la fase final de la vida del
paciente contribuye en gran medida a una muerte pacífica y digna, y reconforta
a los miembros de la familia en el duelo y en el proceso de aceptación de la
pérdida.
Bibliografía
consultada:
1. Empire Yanes G.
“Dilemas en la toma de decisiones en el paciente critico”. Cuadernos de Programa
Regional de Bioética. OMS 2000.
2. Calipari Maurizio. “Curarse
y Hacerse Curar: entre el Abandono del paciente y el Encarnizamiento
Terapéutico”. Ética del uso de los medios terapéuticos y de soporte vital.
Editorial Educa Bs.As. 2007. Edición en español, Instituto de Bioética,
Facultad de Ciencias Médicas, Pontificia Universidad Católica Argentina.
3. Gálvez González M,
Muñumel Alameda G, Del Águila Hidalgo B, Ríos Gallego F, Fernández Vargas ML. Vivencias
y perspectiva enfermera del proceso de la muerte en UCI. Biblioteca Lascasas,
2007; 3 (2). Disponible en http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0240.php
4. De Lillo L. Del
encarnizamiento terapéutico a una muerte digna. Disponible en:http://www.fmvuba.org.ar/antropologia/Vol.%20VI%20Nro.%201%20a%C3%B1o%202011/delillo%20-%20muerte%20digna.pdf
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ResponderEliminarBueno Yasmina, esto va cogiendo muy buena pinta, pero que muy buena. La reflexión hecha es muy buena, pero vamos a hacerla aún mejor: Algo habrá sido lo que te ha llevado a reflexionar sobre este tema, no???. Me imagino que habrá sido algún paciente de la uci, seguro, pero a esta reflexión le falta un protagonista......TU, y otro protagonista...EL PACIENTE al que va dirigido el pensamiento o reflexión. Un protagonista que nos hable de él, de sus percepciones, de lo que ha visto bien o no, de sus dudas, se sus respuestas consultadas en la bibliografia, en otros protocolos, de sus propuestas para mejorar esos cuidados, etc, etc. Recuerda que eres tú la protagonista, la que se va a criticar, la que a veces lo hara bien, y otras no tan bien, la que ha descubierto una manera de hacerlo mejor, etc, etc. Recuerda que se trata de madurar tu pensamiento enfermero. Las cosas nunca tienen porqué ser como las ves, siempre hay alternativas, a veces mejores, otras veces no. De eso se trata de que seais los protagonistas de historias vividas, conflictos que solventasteis o que no, pero de los que habeis tomado buena nota par la próxima vez, etc, etc. Si a ello lo añades alguna imagen, color, chispa, etc.....pues el resultado son cuadernos super buenos.
ResponderEliminarPero me reitero al principio.....ESTO TIENE MUY BUENA PINTA YASMINA.