miércoles, 17 de abril de 2013

Día 12: Aspergillus.

A consecuencia de un paciente que tenemos ingresado en la UCI he decidido recabar más información y hablar acerca del “aspergillus”.

Este es un hongo que comúnmente crece en hojas muertas, granos almacenados, pilas de estiércol o abono u otra vegetación en descomposición. Las fuentes de mayor riesgo incluyen sucias unidades de aire acondicionado, montones de compost y la vivienda húmeda o dañada por inundación, todos los cuales pueden producir un mayor número de esporas de Aspergillus. Sus esporas están presentes en el aire que respiramos, pero normalmente no causan enfermedad, salvo en pacientes con el sistema inmune debilitado. La entrada de Aspergillus en el organismo se produce por inhalación de las esporas que se encuentran en el aire, suelo o plantas, por lo que la afectación pulmonar es la principal presentación de la infección por este hongo, que puede adoptar 5 formas clínicas diferentes:
  • ·         Aspergilosis broncopulmonar alérgica
  • ·         Aspergiloma
  • ·         Aspergilosis crónica necrotizante
  • ·         Traqueobronquitis invasiva (o aspergilosis bronquial invasiva)
  • ·         Aspergilosis pulmonar invasiva (API).

 Otras presentaciones clínicas como la sinusitis, la afectación cutánea y las formas diseminadas a partir de pulmón que pueden afectar al cerebro, hígado, bazo y tracto gastrointestinal son mucho menos frecuentes.
Entre las distintas formas de presentación de la infección por Aspergillus  que afectan a pacientes críticos, la aspergilosis pulmonar invasiva (API) , que es la que presenta nuestro paciente, constituye un reto para los médicos intensivistas, tanto por las dificultades en su diagnóstico como por la escasa efectividad de los tratamientos propuestos hasta la actualidad.
Los factores de riesgo de adquisición de una infección por Aspergillus son:
De esos factores, el más importante es la profundidad y duración de la neutropenia; pero,  la supresión inmune de un individuo es el factor más importante, y, dentro de los enfermos inmunocompetentes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), los pacientes con mayor riesgo de infectarse por Aspergillus  son aquellos que han estado en tratamiento con glucocorticoides.

Las manifestaciones clínicas de la API son inicialmente indistinguibles de una bronconeumonía bacteriana, con fiebre, tos y esputo purulento. Se han considerado característicos el dolor pleurítico y la hemoptisis. Cuando la afectación traqueobronquial es muy importante se pueden producir ulceraciones de la mucosa bronquial con obstrucción bronquial y atelectasia. La invasión vascular conlleva la aparición de infartos pulmonares y la diseminación hematógena al resto del organismo.

El tratamiento de primera elección para la API, se basa, en estos momentos, en la administración de voriconazol. Una alternativa es la utilización de anfotericinas (lipídica o liposomal) en dosis de 3-5 mg/kg/día. Algunos expertos recomiendan como alternativa (en pacientes con función renal deteriorada en los que no se considere oportuno administrar voriconazol intravenoso) la administración de anfotericina liposomal en dosis elevadas (10 mg/kg/día) basándose en estudios que demuestran una mayor eficacia sin mayor toxicidad. También es posible la utilización de caspofungina (la única equinocandina comercializada en nuestro país hasta el momento) que ha demostrado su utilidad en tratamientos de rescate.
Si la aspergilosis invasiva no mejora con el tratamiento farmacológico, finalmente lleva a la muerte. El pronóstico para una persona con este tipo de aspergilosis también depende de su enfermedad y del funcionamiento de su sistema inmunitario, como he reseñado con anterioridad.

Posibles complicaciones
  • La anfotericina B puede causar daño renal y efectos secundarios desagradables, como fiebre y escalofríos.
  • Bronquiectasia (cicatrización permanente y agrandamiento de los pequeños alvéolos en los pulmones).
  • La enfermedad pulmonar invasiva puede causar sangrado masivo del pulmón.
  • Tapones mucosos en las vías respiratorias.
  • Obstrucción permanente de las vías respiratorias.
  • Insuficiencia respiratoria.
Tras desarrollar y conocer algo más acerca de esta enfermedad, he considerado que sería importante hablar acerca del sistema inmune porque , como hemos visto la condición de supresión inmune o sistema inmune debilitado, resulta un condicionante fundamental no sólo para esta patología, sino para muchas otras en las que, de igual manera los organismos causantes son microorganismos que pueden estar presentes en cualquier parte. Es decir, nos encontramos bajo la amenaza constante de caer presos de los efectos adversos de millones de bacterias, virus y hongos. El sistema inmunológico es una complicada red de gran número de células formadas en diversos órganos. En respuesta a diversos productos químicos liberados en el cuerpo, dichas células actúan para  destruir y eliminar (fagocitar)  los organismos causantes de enfermedades en el interior del organismo. El sistema inmunológico también restringe los tumores y crecimientos cancerosos en el interior del mismo. Por lo tanto un sistema inmune comprometido lo deja a uno susceptible a una gran cantidad de enfermedades.

¿Cómo es nuestro sistema inmunológico debilitado?
Un sistema inmunológico debilitado significa que el organismo ha establecido todas sus defensas a la enfermedad causada por algún microorganismo.
Estas son algunas de las causas comunes de debilidad del sistema inmunológico:
·         Dieta inadecuada: La importancia de una dieta adecuada no necesita ser enfatizado. Una dieta equilibrada mantiene toda la maquinaria del sistema inmune en la marcha. Todos los nutrientes, vitaminas y minerales son de suma importancia en el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico. Por un lado, es importante tener suficiente de los diferentes tipos de productos alimenticios, también es necesario que se abstengan de algunos tipos particulares. Por ejemplo, el exceso de azúcar en el cuerpo conduce a debilitar el sistema inmune. Del mismo modo el alcohol, la nicotina y otras sustancias tóxicas también afectan la capacidad del sistema inmunológico para combatir las enfermedades.
·         El estrés: El estrés, ya sea física o emocional deprime la capacidad del sistema inmune para funcionar correctamente. El resultado es que nuestro cuerpo se rinde a un gran número de enfermedades. El estrés físico implica mucha actividad física o mental, junto con la falta de sueño y descansar lo suficiente. El sueño es el momento en que todo el cuerpo rejuvenece. Todas las células no funcionales son reemplazadas por otras nuevas y las que están dañadas son reparadas. La falta de descanso y el sueño inmenso también compromete nuestro sistema inmune.
·         Enfermedades de Inmunodeficiencia: La inmunodeficiencia es un estado patológico en el que el sistema inmune no cumple con el papel de protección que le corresponde dejando al organismo vulnerable a la infección. Las inmunodeficiencias causan a las personas afectadas una gran susceptibilidad a padecer infecciones y una mayor prevalencia de cáncer.
Hay ciertas enfermedades que atacan específicamente el sistema inmunológico, entre ellas cabe destacar el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).También existen enfermedades de inmunodeficiencia que se heredan, por ejemplo, en caso de SCID (inmunodeficiencia combinada grave) el individuo carece de todas las defensas inmunitarias importantes.
·         Otras causas que puede hacer que un sistema inmunológico sea débil son los siguientes:
Las drogas, con mayor frecuencia antibióticos.
Las transfusiones de sangre
Cirugías
Exposición a sustancias químicas, como las radiaciones.

Prevención sistema inmune debilitado
Una vez que sabemos el papel del sistema inmunológico para garantizar nuestra salud, la siguiente pregunta importante que viene a mi mente es la forma de fortalecer el sistema inmunológico. La respuesta a esta pregunta reside en la comprensión de las causas de un sistema inmune debilitado. Una lectura a través de las causas deja claro que la dieta sana y un descanso adecuado son importantes impulsores del sistema inmune. Incluyendo los alimentos que refuerzan el sistema inmunitario, como el brócoli, repollo, batata, setas y peces como el salmón que son fuente rica de ácidos grasos omega-3 los ácidos grasos también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Aparte de esto, el ejercicio físico y técnicas de relajación como el yoga y la meditación que ayudan a uno a combatir el estrés emocional, también son importantes para garantizar un sistema inmunológico que se encuentra en perfecto estado.
Finalmente, recordar que un sistema inmunológico débil es como dejar caer todas nuestras armaduras contra diversas enfermedades que afectan al organismo. Por ello, reiterarme en la importancia del equilibrio en la vida que se puede lograr a través de un estilo de vida saludable.


BIBLIOGRAFIA:
1.Olaechea Astigarraga P. M., Álvarez Lerma F., Zaldíbar Enriquez E.. Aspergilosis pulmonar invasiva en el paciente crítico no neutropénico: Retos de futuro. Med. Intensiva  [revista en la Internet]. 2006  Nov [citado  2013  Abr  16] ;  30(8): 386-391. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0210-56912006000800005&lng=es.
3. Arnaiz Villena A, Regueiro JR, López Larrera C.Inmunología. Madrid :Editorial Complutense; 236-250.

1 comentario:

  1. Interesante Yasmina. Entiendo que nunca antes habrias visto una aspergillosis pulmonar y por eso se has decidido a hablar de ello. Buen repaso fisiopatológico al tema, jeje. Que importancia crees que se le da al sistema inmune en la UCI??. Parece que lo único que importa es qué antibiotico se ha de usar y si es efectivo o no, no crees??

    ResponderEliminar