La enfermería es una profesión que ha
sufrido del estereotipo público durante mucho tiempo, estando sujeta a ser
vista como una profesión predominantemente femenina, bajo el mandato médico y
sin un campo competencial propio. De esta forma se puede concluir que la
enfermería es una profesión poco visible y profundamente desconocida, ya que la
sociedad todavía no reconoce plenamente la competencia, autonomía e
independencia de las enfermeras, existiendo una tendencia a verla como una
profesión inferior a la medicina y bajo su sombra. De modo que la mayoría de la
población ignora que la enfermería tiene un campo competencial propio,
relacionándola estrechamente con “tareas” y confiando en ella para las
actividades que se le han asociado tradicionalmente. No obstante, se empiezan a
vislumbrar otras funciones del personal de enfermería, y se va percibiendo como
una profesión menos relacionada con la feminidad y más preparada que antaño.
He escrito sobre este tema ya que
considero importante que como profesionales de enfermería, debemos reflexionar
sobre lo que hemos logrado y dónde estamos, para así poder definir bien lo que
somos y lo que queremos ser y proyectar a la sociedad la imagen real de nuestra
esencia como profesionales que somos.
Nuestro comportamiento se refleja en
nuestra imagen, por eso somos los primeros responsables de este aspecto ante la
sociedad. Como profesión deberíamos ser capaces de “transmitir” lo que
somos y podemos ofrecer, para que la sociedad consiga entender y valorar
nuestra disciplina.
Finalmente y antes de cerrar esta
última entrada brindar un espacio para agradecer a todo el personal su
dedicación, paciencia y tiempo empleados; de igual manera que su capacidad para
hacerme sentir integrada desde el primer momento. Es cierto que se trata de una
unidad que no resulta fácil al principio puesto que los pacientes que allí se
encuentran requieren de cuidados muy específicos, lo que implica que el
personal se desenvuelva con una seguridad y soltura digna de admirar. Hay que
reseñar que esto sólo ha sido un “aperitivo” de lo que supone trabajar en una
UCI pero me marcho muy orgullosa de mí misma porque he sido capaz de
enfrentarme y, lo más fundamental de todo, reaccionar con la mente fría y con
coherencia en situaciones estresantes y en ocasiones de vida o muerte para el
paciente y embriagarme de la esencia de lo que supone trabajar no sólo con pacientes
gravemente enfermos, sino también con sus familias y su entorno.
Espero que nos volvamos a encontrar
por el camino.
Por todo ello...
Pues gracias a ti. Ha sido un placer tenerte en la UCI, y tanto enfermeros como auxiliares como médicos me han dedicado un agradecimiento y una enhorabuena que yo os trasmito a vosotras. Tu valoración ha sido excelente, de las pocas que se ven. Enhorabuena Yasmina, ójala nos veamos de compañeros trabajando. Serás una gran enfermera
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